Bonjour! ¡Qué semana! Por fin he terminado
de hacer todo el papeleo, es decir, ¡ya estoy completamente instalada! Iba a
preparar una fiesta para celebrarlo, pero luego pensé que a lo mejor no íbamos
a caber en mi casa…
Lo único que me faltaba era entregar
unos papeles de “la caf”, una ayuda que se suele dar a los estudiantes para
pagar el alquiler o las residencias. Tuve que ir varias veces porque, para
variar, se me olvidó el RIB (un papelito con el número de cuenta y tu dirección
que te piden aquí para casi cualquier cosa), pero al fin lo entregué todo.
Sin embargo, este sentimiento de
libertad no duró mucho tiempo, ya que empieza noviembre y, por tanto, los
parciales de evaluación continua, trabajos y demás en la universidad. De hecho,
esta semana tuve que entregar una disertación en francés sobre una cita
literaria de mínimo 4 páginas… Recalco lo de “en francés”, pero bueno, para eso
estoy aquí, así que a ver cómo sale.
En la universidad tengo muy pocas horas
de clase, pero lo cierto es que hay mucho trabajo autónomo; cada semana tengo
que traducir varios textos del francés al español, y viceversa, leer libros
para las clases de literatura, y por supuesto pasar a limpio los apuntes de
cada día, lo que incluye revisar la ortografía francesa que aún no termino de
dominar. Además, este trabajo es aún mayor para los estudiantes Erasmus, porque
la mayoría de asignaturas nos dan la posibilidad de una evaluación continua, es
decir, entregar muchos trabajos y hacer varios exámenes durante el cuatrimestre
para así no tener que presentarnos obligatoriamente a la convocatoria de enero,
donde no se tiene en cuenta si eres extranjero. El trabajo continuo cansa un
poco y a veces resulta algo pesado, pero la verdad es que si todo sale bien, lo
agradeceré en enero.
Pero en realidad, tengo que admitir que
todo el trabajo de la universidad no me ha impedido disfrutar de París y sus
alrededores, especialmente con el buen tiempo que ha hecho en estos últimos
días: El lunes, por ejemplo, fue un día muy soleado, e incluso nos hizo algo de
calor, así que por la tarde cogí un libro y aproveché para comprarme una
granizada e irme al parque de Luxemburgo, mi parque favorito. Creo que estuve
cerca de dos horas leyendo a la sombra de los árboles y disfrutando de la tarde,
¡hasta casi me dejé dormir! Cuando empezó refrescar decidí volver caminando a
casa, y por el camino me encontré una librería fantástica especializada en
idiomas… Cuando salí de allí ya era de noche…
Los demás días tuve que quedarme en casa
y trabajar un poco, pero el fin de semana pasado, me fui de visita con una
amiga y vecina a ver el Château de Fontainebleau y sus jardines, fue un día
encantador, y la visita fue realmente preciosa, y ayer hice una excursión con
unos amigos de Madrid a Provins, un pequeño pueblito medieval bastante
pintoresco de la región de Île-de-France.
Además, como ya tengo mi tarjeta de
estudiante para el transporte, los fines de semana y en vacaciones puedo coger
el tren e irme a cualquier parte de la región gratis. Todo el mundo se queja de
lo caro que es París, pero la verdad es que hay muchísimas ventajas para los
estudiantes, ya sea en el transporte, como en las becas y ayudas, los comedores
universitarios o en los museos, que son gratis para nosotros.
Así que ahora que estoy totalmente instalada,
pienso disfrutar al completo de todas estas ventajas y conocer París y sus
alrededores al 100%. Quiero descubrir lugares recónditos que casi ningún
turista conoce, pero que en realidad son lugares maravillosos, para así poder
escribir muchas entradas describiéndolos y que todos ustedes los conozcan y
puedan ir algún día.
Muchas gracias por hacer que podamos disfrutar de tus experiencias en París a pesar de estar a 2.816 km de distancia. Un besito muy fuerte y sigue así.
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